El otro lado del muro

Hola, ha llegado el turno de presentarme; yo soy Rey y supongo que el “lado femenino” de este blog estará a mi cargo; sinceramente he de decir que cuando escucho eso de “lado femenino” tiendo a imaginarme (por culpa de la influencia cultural en la que estamos inmersos) cosas rosas, globitos, corazones flotantes y algo así como la película de Mi vida en rosa… y si es eso lo que ustedes asocian con lo femenino lamento admitir que he de decepcionarlos; mis aportaciones no serán con ese tinte ni mucho menos, mi lado femenino es más bien reflexivo e intuitivo, a veces confuso e inesperado… supongo que si se permiten leer este blog de ahora en adelante sabrán a lo que me refiero ^^

Mi primera huella en este rincón se trata de un poema de Enrique Gonzalez M. en el cuál hace referencia a la soledad, en todo momento se dirige a ella mientras cuenta su relación con la persona que amaba, me recuerda un poco la frasecilla de: “No hagas con el amor, lo que un niño con su globo… que por jugar con el lo pierde, y por perderlo llora…” En algún momento todos nos hemos identificado con una sensación así… el tan sonado “Nadie sabe lo que tiene….” Pero lo importante de todo, (de las perdidas, del dolor, de la tristeza…) es que aprendemos, y seguimos viviendo… soy de la idea, que incluso lo que duele tiene su lado de belleza, no en el mero dolor… sino en lo que representa… Pero me temo que entre más pienso más divago, así que sin más los dejo con el poema, espero que puedan encontrarle la belleza, hasta la próxima *Rey Fuera*

SOLEDAD TARDÍA


Soledad, te busqué
mientras tuve compañía…
soledad, soledad mía,
viniste cuando se fue…

De sus brazos me escapé
cuando en sus brazos dormía;
estar a solas quería
sin adivinar por qué.

Toda la noche vagué,
por verte soledad mía;
regresé rayando el día,
y dormida la encontré.

De puntillas me alejé
burlando su compañía
por hallarte y no te hallé;
pero un día que volví,
no la encontré…

¡Ay, soledad tardía,
viniste cuando se fue!
Lloré porque no podía
hallarte, soledad mía…
y lloré porque te hallé…